Administrando ausencias

No hay un solo aspecto de nuestras vidas que no se haya visto alterado por la crisis sanitaria derivada de la Covid-19. Nos ha afectado como personas y también como profesionales, y su influencia ha alcanzado a nuestro entorno familiar, a la salud, al estado de ánimo, a la forma de relacionarnos, a la manera de comprar, a los hábitos de trabajo e incluso a los productos que consumimos.

Salvador Díez LLoris -Presidente del CGCAFE- 

Quizás, por nuestra forma de ser, lo que más añoramos es la vida en la calle y, sobre todo, el contacto con familiares y amigos. ¡Quién nos iba a decir que aprenderíamos a saludarnos sin tocarnos!

Nuestra actividad profesional consiste en administrar los bienes de nuestros clientes, su patrimonio, sus recursos. Sin embargo, durante estos meses hemos tenido que aprender a administrar ausencias: la ausencia de profesionales para atender las incidencias, la ausencia de visitas en establecimientos, la ausencia de Junta de Propietarios, la ausencia de actividad general en nuestro entorno… Son muchas las cosas que no hemos tenido, a pesar de lo cual hemos sido capaces de realizar nuestro trabajo y seguir adelante con nuestras vidas.

También el Consejo General ha tenido que administrar una gran ausencia: no hemos tenido normas que regularan nuestra actividad, que nos dijeran qué se podía hacer o no en los edificios y sus elementos comunes. Esperábamos, con verdadera ansiedad, cada Decreto que se publicaba, cada Orden Ministerial. Y salvo aquellas que regularon las obras en los edificios durante los meses más duros de la pandemia, en ninguna se hablaba de zonas comunes, reuniones o zonas deportivas de las comunidades de propietarios.

«Creo que debemos sentirnos orgullosos tanto del trabajo realizado como de la unidad lograda por el colectivo, lo que hemos alcanzado en las peores circunstancias que pudiéramos imaginar»

El Consejo General no tiene la función de interpretar las leyes. Sin embargo, ante esta ausencia de regulación, la Junta de Gobierno tomó la decisión de ofrecer posibles interpretaciones que, por analogía, se pudieran aplicar a las comunidades de propietarios. Dado que el objetivo principal de todos es preservar la salud, se ha optado siempre por el criterio más restrictivo.

Y de esto modo, semana tras semana, circular tras circular, y con el esfuerzo de cada Administrador hemos compartido, entre todos, una forma de administrar durante el estado de alarma que ha permitido lograr que los edificios estuvieran en perfecto estado de funcionamiento en el momento en el que era más necesario.

Creo que debemos sentirnos orgullosos tanto del trabajo realizado como de la unidad lograda por el colectivo, lo que hemos alcanzado en las peores circunstancias que pudiéramos imaginar. Aprovecho estas líneas para expresar a cada Administrador el reconocimiento que merece por la labor realizada durante estos meses.

Poco a poco volvemos a la normalidad, con gran incertidumbre sobre lo que nos espera en el futuro. Pero tenemos la tranquilidad de saber que, permaneciendo unidos, somos capaces de superar cualquier reto hasta que, de nuevo, podamos volver a desarrollar nuestra actividad en ausencia de virus.

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